Exposición de relatos de terror en la biblioteca


El cariado, lívido esqueleto,

los fríos, largos y asquerosos brazos,

le enreda en tanto en apretados lazos,

y ávido le acaricia en su ansiedad:

y con su boca cavernosa busca

la boca a Montemar, y a su mejilla

la árida, descarnada y amarilla

junta y refriega repugnante faz.



Espronceda: El estudiante de Salamanca.






Tiembla de miedo sumergiéndote en una historia terrorífica...

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